domingo, 2 de noviembre de 2014

Memorias de un fusilado

Setenta y un noches sufridas en prisión
para recibir una noticia ya supuesta.
Lo quieren a las siete en la puerta
para ponerlo mirando al paredón.

El viaje en camión es largo y tenso,
ánimos se dan entre los camaradas,
a golpe de culata y burlas mal sanas
son dirigidos hacia la muerte los presos.

Le vendan los ojos con tela agrietada,
le atan las manos y la soga le quema,
las burlas de sus verdugos no cesan
mientras cargan sus fusiles con balas.

¿Un ultimo deseo? Entre risas el pelotón
le preguntan queriendo amedrentarlo,
mas solo una sonrisa le arrancaron
y sin temor les dijo ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!

Las balas comienzan a quitarle la vida,
la sangre comienza a correrle por el cuerpo
mas aguanta firme y no cae al suelo,
y la sonrisa en su rostro se mantiene viva.

Ellos lo mataron, a muchos mas ellos mataron,
pero no vencieron, venció el fusilado
pues sin temor a los asesinos se ha enfrentado
y vive ahora en la memoria de los que luchan y lucharon.