Palestina en el cuello,
en el cuello y en el corazón.
Un vidrio y alcohol de garrafón.
Emborracharnos, ardiendo la revolución.
Guerrillera de mi alma, mi vida
te invito a pasar una noche en las barricadas.
Habrá pirotecnia y la noche encendida
con los policías corriendo en llamas.
Vamos, la calle nos reclama.
No desoigamos su llamada.
Me dice que esta harta de esta farsa
de opresión y falsas esperanzas
La revolución comenzará
al son de un poema de Hernández.
La hoz rebelde y cortante,
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