domingo, 3 de agosto de 2014

Música y revolución

Un suave acorde menor,
un violinista de contenedor,
un poema del maestro Aitor,
creer soñar con la revolución.

Soñar con utopías imposibles,
tirar los muros de la discordia,
hacer caer a reyes y reinas,
nada falta ya para la victoria.

Un veloz y triste pizzicato,
un arpegio de guitarra mayor,
una gaita del Entalto Aragón,
vencer la revolución con alegatos.

Cortinas de humo en las calles
creados por el fragor de la lid,
una victoria a la que lleves
la libertad que nunca vi.

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