Sembraré rabia con cada estrofa,
rebeldía que aflora con cada línea.
Al cuello de cada banquero una soga
que pondré con cada rima.
Enfrentaos contra mi y mis palabras.
Los poemas son bombas de racimo.
Da igual que tengáis mil armas,
ellas se volverán contra vosotros mismos
Versos como pesada artillería,
como el Che disparando sin perdón,
como un bolchevique disparando a sangre fría,
y Dios fusilado en el paredón.
Nos cansamos ya de pedir perdón.
Recogeremos la rabia en forma de poesía.
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